Alicia está aburrida y siente mucha pereza, pues tiene que hacer una tarea de lo que más odia: las matemáticas.
Un personaje se le aparece y empieza a contarle cuentos muy interesantes, relatos que ella jamás había escuchado, historias referentes a los números. Así, poco a poco va entendiendo y hasta llega a realizar raciocinios y cálculos.
Al igual que en Alicia en el País de las Maravillas, el personaje le propone a la niña introducirse por un agujero mágico que la llevará al País de los Números. Una vez ahí, una serie de conocimientos matemáticos le llegan de manera muy fácil y entretenida. Mezclando cifras, jugando con los números, con las letras, Alicia se convence de que las matemáticas son maravillosas y que nada más es cuestión de ponerles atención y ganas para poder entenderlas y disfrutarlas. Todo esto hace que este libro tenga un aderezo suficiente como para provocar en los niños y jóvenes el interés que los mágicos números suscitan.
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